miércoles, 17 de marzo de 2010

en invierno..

Leyendo a Cortázar redescubro magias olvidadas. Rayuela me inspira, como la noche fría y estrellada. El agua se hiela en la calle mientras mi habitación, cada vez más caldeada, se llena de huecos que no consigo tapar. El día ha sido largo pero escasamente fecundo. De nuevo nada nuevo. En la calle señores discuten de la situación del país. Nada nuevo. Yo escucho, de soslayo, no opino. Hace tiempo decidí seguir a pies juntillas la máxima Wittgensteniana “ de lo que no se puede hablar, se debe guardar silencio”. Incluso de lo que se puede hablar cada vez hablo menos. Me empieza a gustar el silencio, mi silencio. Alrededor hay ruido que tiñe todo de costras rutinarias, de grises amurallados. Será este invierno largo y tedioso?. El sol todavía no asoma con ganas. Ayer volvió a llover. Son las 03:15 de la madrugada

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