Apareció, su recuerdo encendió la luz y dejó la puerta entreabierta…
Sucedió sin más, nos juntamos después de un siglo y volvimos a encontrarnos.
Casi 20 años dan para mucho pero allí estábamos volviendo a empezar. Ya no éramos los de antes porque ellos nunca fueron los de ahora, pero sin embargo nos reconocimos desde lejos, sin ambages, sin estridencias. Por qué nosotros?. Porque así lo quisimos. Nadie más. Solo nosotros, los elegidos por el azar, personas diferentes pero con más cosas en común de lo que pudiera parecer. Estados evolutivos similares con un nexo a priori débil pero más fuerte de lo que creíamos. Dimensiones, transcendencias, juegos, risas y charlas. Sin ideas preconcebidas, sin expectativa alguna. Eso fue lo que confirió al evento ese halo mágico. Un bosque, dos ríos y un cielo lluvioso y estrellado. Una chimenea, un frío húmedo y un calor somnoliento por la mañana. Olor a café y a roble, y un lugar escondido de todo.
Fotos, recuerdos y mucha vida.
jueves, 25 de noviembre de 2010
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